Amar es comprender
Ayer hablábamos de celebrar la Vida sin esperar a una fecha del calendario.
Hoy quiero ir un paso más allá y compartir contigo otro pliegue de esa verdad: amar también es aprender y comprender el idioma silencioso de quien amamos.
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Cuando pensamos en hacer un regalo,
muchas veces lo hacemos desde nuestra propia visión y concepto del otro:
Desde lo que nos parece bonito,
Desde lo que nos gustaría recibir,
Desde nuestras propias expectativas,
Desde lo que creemos que “deberíamos” dar.
Pero amar de verdad es OTRA COSA.
Amar es salir de uno mismo.
Paramirarver al otro.
Es preguntarse: ¿cómo se siente amado quien tengo delante?
No todos hablamos el mismo lenguaje emocional.
Gary Chapman, en su teoría de los cinco lenguajes del amor, propone lo siguiente:
Cada persona tiene una forma particular de sentir y recibir el amor.
Estos lenguajes son:
Palabras de afirmación: escuchar que nos quieren, que nos valoran. Se utilizan palabras para reafirmar a otras personas.
Tiempo de calidad: compartir momentos significativos juntos. Este lenguaje consiste en prestar toda tu atención a la otra persona.
Actos de servicio: acciones que demuestran amor de manera práctica. Aquí las acciones hablan más fuerte que las palabras.
Regalos: detalles que simbolizan amor y presencia. En este caso, recibir un regalo sincero es lo que les hace sentirse más queridas.
Contacto físico: abrazos, caricias, cercanía corporal. Para estas personas, nada habla más profundamente que un contacto físico apropiado.
Conocer el lenguaje del otro es un acto de amor en sí mismo.
Porque no es regalar por regalar.
Es regalar entendiendo.
Es ofrecer algo que no se queda en un envoltorio de usar y tirar, es hacer sentir al otro especial.
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Aprovechando que este domingo día 4 es el Día de la Madre te pongo un ejemplo:
Mi madre vive el amor a través de lo tangible y sensorial.
Para ella, recibir un detalle físico que pueda cuidar y usar, que la acompañe cada día, es una forma real de sentirse amada.
Para mí, en cambio, el mayor regalo puede ser una experiencia compartida, un gesto inesperado y sentirme realmente escuchada por la otra persona.
¿Mejor/peor?
La buena noticia es que cada uno tenemos nuestro propio lenguaje y la elección adecuada está en mirar de verdad, en conocer.
En comprender qué hace sentir amado a quien tenemos delante.
Volviendo al ejemplo de mi madre, el año pasado, uní nuestros dos lenguajes:
Le regalé esta poesía escrita por mí y algo que ella valora especialmente y le permite cultivar su bienestar a diario:
salud, belleza, juventud y vitalidad de la mano de Ringana.
No fue un regalo sin más.
Fue una forma de decirle:
"Te veo.
Te agradezco.
Te celebro cada día."
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Este año vuelvo a elegir el mismo camino.
Un detalle que no se marchita en una fecha,
sino que la acompaña, la sostiene, la abraza en su día a día.
Porque para ella, su bienestar es importante.
Y para mí, su bienestar es uno de los actos de amor más grandes que puedo honrar.
🝊 La Onza:
Regalar no es cumplir.
Regalar es comprender.Amar es ver al otro en su verdad.
Es dar desde el alma,
y también desde el corazón del que recibe.Hoy pregúntate:
¿Desde qué lenguaje puedes celebrar a quienes amas?
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